Lo importante de no tener nada claro.
Que nadie se piense que entrar a medicina es la decisión más fácil que vas a tomar en la vida, quiero decir, una vez que sabes que tienes esa puerta abierta.
Existen muchos factores a lo largo de la vida que te van facilitando o complicando de una manera u otra esa toma de decisión final.
En primer lugar, el querer ser médico no es algo que todo el mundo tenga claro desde muy temprana edad. Sí, es verdad, muchos de nosotros desarrollamos ese interés desde pequeñitos, ya sea porque en nuestra familia ya existe un médico (que no es mi caso) que sirve como ejemplo, porque nuestros padres nos canturrean desde la cuna eso de "¿tú qué, vas a ser el mejor médico, no cariño?" o porque hay algo que nos abre esa posibilidad (esto último fue mi caso).
Mis padres nunca insistieron en que yo debía ser una gran estudiante ni que tuviera que aspirar a ser un médico, fue algo que nació de mi misma. Por circunstancias de la vida, llego a mi un DVD con el título de "¿De dónde venimos?". Un vídeo infantil que daba una explicación sobre de dónde venían los niños, vamos, todo la explicación sobre el tema de la reproducción, tema que tanto cuesta que nuestros padres nos expliquen. A mí todo el tema de la relación sexual me causó gracia, ni fú ni fa, lo que llamó verdaderamente mi atención fue todo el proceso de gestación y el posterior momento del parto. Así que creo que recordar que fue a partir de este video que yo comencé a contestar "quiero sacar bebés" cada vez que alguien me preguntaba qué es lo que quería ser de mayor. Lo que no sabía por aquel entonces es que lo que yo verdaderamente quería era ser matrona (para lo que hay que estudiar enfermería). En un futuro ya ordenaría mis ideas, pero por aquel entonces todo el asunto del video despertó en mí un deseo irrefrenable sobre todo lo relacionado con la salud, el cuidar y en especial la concepción de la vida.
Como estas habrán miles de historias de muchos médicos y estudiantes de medicina. Cada una contada y experimentada de manera especial.
A algunos se nos despierta primero el deseo de cuidar, a otros el deseo de saber, y a otros el deseo de descubrir, sea como sea, estas son como las bases básicas que necesitas para querer estudiar medicina.
Una vez que vas creciendo te vas dando cuenta de que el camino es más difícil de lo que parece. Las notas juegan un papel fundamental para que puedas llegar a esa meta. Ya sea porque quieres ser aplicada, porque no te resulta complicado o porque te gusta, el caso es que casi todos los estudiantes suelen ir bien en el tema académico en primaria. Cuando estás en esa etapa de tu vida no te preocupas mucho por lo que estás creando, te parece que las decisiones que estás tomando no influyen nada en tu futuro. Ves que la decisión de querer estudiar algo como medicina es algo que decides en un futuro lejano y que es independiente de lo que estás haciendo ahora. Eso es cierto en cierta medida. Las notas no toman un papel fundamental hasta que no estás en bachillerato, pero aún así sigue siendo importante esta primera etapa, pues es aquí donde estás creando costumbres, buenos hábitos y conductas. Estas últimas son las más frágiles y se pueden ver trastocadas cuando empiezas tu etapa de instituto, lamentablemente.
Sin embargo, la etapa de la ESO puede ser una de las mejores o una de las peores, te vas encaminando, pero eso no impide que puedas disfrutar de ella plenamente, siempre y cuando conserves unos valores durante todo este período. La entrada a la adolescencia esta hecha para disfrutar, para descubrir, para experimentar toda clase de sensaciones buenas y para crearte como persona. Crearte una personalidad propia creo que es lo más destacable que uno hace en esta etapa.
Es en este último punto donde mucha gente comete un error fatal. Se dejan llevar por ideas de otros, no desarrollan por sí mismos la capacidad para pensar y, cuando dejas que otros piensen por ti es cuando estás perdido.
En la entrada de este período es cuando yo descubrí mi amor por la lectura. Los libros me ayudaron a descubrirme, me ayudaron a ser crítica, me ayudaron a descubrir todo un mundo que hasta aquel entonces yo no sabía que existía y más aún, no sabía que tenía tan cerca y que podía llegar a él con tanta facilidad.
Sin embargo, a pesar del profundo amor que profeso a la lectura he de decir que he estado pasando por altibajos, períodos en lo que no he podido leer nada por el simple hecho de que he estado muy centrada en otros asuntos, como pueden ser el bachillerato y mi primer año de universidad. A pesar de ello, no pienso dejar el hábito, y pienso retomarlo y seguir con él, aunque resulte complicado hacer tiempo.
El bachillerato como he dicho antes es el momento en el cual las notas comienzan a ser lo más importante, sí, un simple número definirá si vales o no vales. Este sistema puede que no sea lo más adecuado, pero lamentablemente así funcionan las cosas. A pesar de ello, el bachillerato hay que tomárselo con calma pero sin dejar de darle la importancia que tiene. Independientemente de sí vas a estudiar medicina o magisterio. Siempre he pensado que ningún carrera es menos que otra, todas son importantes y por lo tanto hay que poner empeño en todo.
Del bachillerato hablaré en otra entrada más en profundidad.
Lo último que quiero decir que es independientemente de cómo haya sido el proceso de tomar la decisión de estudiar medicina, la vida nos va poniendo a prueba y somos nosotros mismos los que nos tenemos que demostrar que valemos para ello.
Un saludo,
la medicina del estudiante en proceso.
Existen muchos factores a lo largo de la vida que te van facilitando o complicando de una manera u otra esa toma de decisión final.
En primer lugar, el querer ser médico no es algo que todo el mundo tenga claro desde muy temprana edad. Sí, es verdad, muchos de nosotros desarrollamos ese interés desde pequeñitos, ya sea porque en nuestra familia ya existe un médico (que no es mi caso) que sirve como ejemplo, porque nuestros padres nos canturrean desde la cuna eso de "¿tú qué, vas a ser el mejor médico, no cariño?" o porque hay algo que nos abre esa posibilidad (esto último fue mi caso).
Mis padres nunca insistieron en que yo debía ser una gran estudiante ni que tuviera que aspirar a ser un médico, fue algo que nació de mi misma. Por circunstancias de la vida, llego a mi un DVD con el título de "¿De dónde venimos?". Un vídeo infantil que daba una explicación sobre de dónde venían los niños, vamos, todo la explicación sobre el tema de la reproducción, tema que tanto cuesta que nuestros padres nos expliquen. A mí todo el tema de la relación sexual me causó gracia, ni fú ni fa, lo que llamó verdaderamente mi atención fue todo el proceso de gestación y el posterior momento del parto. Así que creo que recordar que fue a partir de este video que yo comencé a contestar "quiero sacar bebés" cada vez que alguien me preguntaba qué es lo que quería ser de mayor. Lo que no sabía por aquel entonces es que lo que yo verdaderamente quería era ser matrona (para lo que hay que estudiar enfermería). En un futuro ya ordenaría mis ideas, pero por aquel entonces todo el asunto del video despertó en mí un deseo irrefrenable sobre todo lo relacionado con la salud, el cuidar y en especial la concepción de la vida.
Como estas habrán miles de historias de muchos médicos y estudiantes de medicina. Cada una contada y experimentada de manera especial.
A algunos se nos despierta primero el deseo de cuidar, a otros el deseo de saber, y a otros el deseo de descubrir, sea como sea, estas son como las bases básicas que necesitas para querer estudiar medicina.
Una vez que vas creciendo te vas dando cuenta de que el camino es más difícil de lo que parece. Las notas juegan un papel fundamental para que puedas llegar a esa meta. Ya sea porque quieres ser aplicada, porque no te resulta complicado o porque te gusta, el caso es que casi todos los estudiantes suelen ir bien en el tema académico en primaria. Cuando estás en esa etapa de tu vida no te preocupas mucho por lo que estás creando, te parece que las decisiones que estás tomando no influyen nada en tu futuro. Ves que la decisión de querer estudiar algo como medicina es algo que decides en un futuro lejano y que es independiente de lo que estás haciendo ahora. Eso es cierto en cierta medida. Las notas no toman un papel fundamental hasta que no estás en bachillerato, pero aún así sigue siendo importante esta primera etapa, pues es aquí donde estás creando costumbres, buenos hábitos y conductas. Estas últimas son las más frágiles y se pueden ver trastocadas cuando empiezas tu etapa de instituto, lamentablemente.
Sin embargo, la etapa de la ESO puede ser una de las mejores o una de las peores, te vas encaminando, pero eso no impide que puedas disfrutar de ella plenamente, siempre y cuando conserves unos valores durante todo este período. La entrada a la adolescencia esta hecha para disfrutar, para descubrir, para experimentar toda clase de sensaciones buenas y para crearte como persona. Crearte una personalidad propia creo que es lo más destacable que uno hace en esta etapa.
Es en este último punto donde mucha gente comete un error fatal. Se dejan llevar por ideas de otros, no desarrollan por sí mismos la capacidad para pensar y, cuando dejas que otros piensen por ti es cuando estás perdido.
En la entrada de este período es cuando yo descubrí mi amor por la lectura. Los libros me ayudaron a descubrirme, me ayudaron a ser crítica, me ayudaron a descubrir todo un mundo que hasta aquel entonces yo no sabía que existía y más aún, no sabía que tenía tan cerca y que podía llegar a él con tanta facilidad.
Sin embargo, a pesar del profundo amor que profeso a la lectura he de decir que he estado pasando por altibajos, períodos en lo que no he podido leer nada por el simple hecho de que he estado muy centrada en otros asuntos, como pueden ser el bachillerato y mi primer año de universidad. A pesar de ello, no pienso dejar el hábito, y pienso retomarlo y seguir con él, aunque resulte complicado hacer tiempo.
El bachillerato como he dicho antes es el momento en el cual las notas comienzan a ser lo más importante, sí, un simple número definirá si vales o no vales. Este sistema puede que no sea lo más adecuado, pero lamentablemente así funcionan las cosas. A pesar de ello, el bachillerato hay que tomárselo con calma pero sin dejar de darle la importancia que tiene. Independientemente de sí vas a estudiar medicina o magisterio. Siempre he pensado que ningún carrera es menos que otra, todas son importantes y por lo tanto hay que poner empeño en todo.
Del bachillerato hablaré en otra entrada más en profundidad.
Lo último que quiero decir que es independientemente de cómo haya sido el proceso de tomar la decisión de estudiar medicina, la vida nos va poniendo a prueba y somos nosotros mismos los que nos tenemos que demostrar que valemos para ello.
Un saludo,
la medicina del estudiante en proceso.
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